viernes, 29 de agosto de 2014

Dar la Mano

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Dar la mano

Dicen que de los niños los adultos no podemos aprender nada pero no es cierto, se puede aprender de todas las personas y mucho más de los niños. Ayer cuando mi hija paso un día malísimo por culpa de las vacunas me di cuenta de algo; ella no sabe verbalizar aun  la frase quiero que me des la mano, pero la busca, lo pide de otra forma y lo mismo hacemos los adultos aunque no lo parezca.Dar la mano es algo más que un simple gesto. En la vida no vale con echare una mano a alguien, en la vida hay QUE DARLE LA MANO A ALGUIEN, y prepararte porque tal vez se sufra, tal vez esa persona no quiera esa mano aunque lo este pidiendo a gritos. En la vida hay que aprender a dar la mano y a aceptarla, porque cuando eres pequeño y estas aprendiendo a andar la gente no te dice te voy a echar una mano, te dice DAME LA MANO o TE DOY LA MANO. Por eso quizás lo más difícil que hay en la vida es soltar la mano de alguien y dejarlo ir
En la vida hay que dar la mano, hay que pedirla, aceptarla y al final aprender a caminar solos 


lunes, 4 de agosto de 2014

Cambios en la vida

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Cambios en la vida
Hay muchas personas que tienen vicios sin los que no podrían vivir, puede que yo sea muy aburrida pero el único que he tenido siempre ha sido uno muy inofensivo: tengo un tablón de corcho en mi habitación con millones de chinchetas donde tengo colgados mis miles de pequeñines; mis pendientes largos.
Mi grupo de amiga siempre ha sido de lo más heterogéneo y entre ellas esta Sara, es mi amiga más opuesta sin lugar a duda mientras que yo soy desde el inicio de los tiempos un desastre en todo lo que tuviera que ver con las manualidades, ella es capaz de hacer cosas increíbles con cualquier material , lo que la llevo a crear junto a otras dos manitas una pequeña tienda de accesorios manuales, y sabiendo el vicio que tengo por los pendientes cada vez que nos vemos me regala unos cuantos pares, soy como la modelo de la compañía (que bien ha quedado, parezco una top model y todo) y gracias a que los uso bastante he logrado que la mayoría de mi circulo se haga clientas usuales. Pero el origen de este post es seguir hablando de los cambios que suceden cuando te conviertes en madre o tienes un bebe cerca, pues bien , desde que mi hija nació he tenido de sacrificarme a no usar pensientes que no vayan casi, casi cosidos a la oreja para no correr el riesgo de que a Rosa la de la tentación de ser contorsionista en el circo del sol y empiece a hacer prasticas de sujeccion en mis pendientes. Si, si parece risa pero tirate de la oreja para abajo veras como duele, pues imaginate eso mismo con las manos ocupadas y el sonido de mama,mama,mama,mama,en el oído de forma continua, un caos ya te digo. Asi que aparte de levantarme más pronto y tener a la peque todo el día detrás de mí , he tenido de bajarme de las plataformas, recogerme el pelo y quitarme los pendientes vamos que como cambian las cosas. Pero el inicio del final sucedió hace 6  meses de esta forma:
Un día cualquiera a primera hora de la mañana del mes de Marzo.
Mientras el punto suspensivo, alias Wally, alias el que se perdió y no volvió despierta a la pequeña bolita que era en aquel entonces mi niña (como pasa el tiempo L) yo estaba preparando el desayuno pero mi hija es tan cabezona como su madre no lo niego , no quiso levantarse de la cama y mira que otra cosa no pero debo de decir que la peque y su padre tienen una relación estupenda. Asi que harta de llevar dos horas ya con el desayuno preparado y viendo que la leche se me quedaba fría tuve que sacar la vena mamicienta que en aquel entonces ya empecía a florecer, me encamine hacia la habitación y esta vez fui yo quien lanzo una de las frases épicas al padre: tira y calienta la leche para el café que como vaya ya lo caliento con el mal genio que tengo (si yo soy asi por la mañana sin desayunar) y fue ese el momento indicado para que mi hija decidiera investigar qué era eso que le colgaba a su madre de las orejas y claro yo con toda mi inocencia la fui a coger en brazos y se agarro cual mono Amedio a los pendientes de aro que llevaba, si puede parecer gracioso contarlo e imagino que lo es ahora que lo recuerdo pero en ese momento no lo fue, aunque por lo menos el momento de risa que se llevaron padre e hija fue monumental
Asi que desde entonces los únicos pendientes de mi casa son los que están colgados cual triunfo a espera de que vuelvan a mis orejas.

Besos 
 

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