lunes, 9 de junio de 2014

Mamicienta

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Llevo días con la idea de escribir este post, en un principio se iba a titular La Vuelta A Casa pero tras leer el último libro de Megan Maxwell y una vez más por las ideas locas de Valeria, una comentarista he llegado a la conclusión de que la mejor palabra que identifica la sensación de una madre de niños pequeños al volver a casa (aunque solo hayan sido 3 días) es la palabra MAMICIENTA. ¿Listos? Pues comenzamos
Mamicienta: Dicese de aquella madre capaz de tirarse 3 días llorando a moco tendidod sin parar porque no tiene a sus vástagos cerca y teme perderse cualquier cosa de vital importancia, como que imite a un gato,  hastas aquí la parte positiva de la definición pero también la mamicienta es la que cuando llevan 4 horas recogiendo juguetes , cambiando pañales, dando pures de miles de verduras y frutas , etc, etc, su primera opción e idea que se le ocurre es salir huyendo despavorida

Hace una semana tuve que acudir a una reunión de trabajo durante 3 días fuera de la provincia , era la primera vez que iba a pasar tanto tiempo separada de mi hija desde que nacio hace ya 8 meses y para colmo mi cumpleaños me iba a pillar a tanto km de distancia de ella y de toda la gente a la que quiero. Así que al más puro estilo dramático me despedi por la noche de la pequeñaza que se quedaba al cuidado de su padre. Todo iba bien hasta que en el asiento del tren me empezarón a entrar los 7 males y el come come de cabeza que diría mi abuela
Por mi cabeza empezó a pasar si ella aunque era tan pequeña sentiría que la había abandonado, que iba a ser de mi si por ejemplo empezaba a dar sus primeros pasos y yo me los perdía, o si empezaba a hablar, en definitiva un cúmulo de tonterias en mi cabeza que hicieron que estuviera a punto de decir al maquinista que parara que yo me bajaba.
Con la idea de que si hacía eso lo más posible es que llamaran a un psiquiatra o a un exorcista, todo puede ser, decidi hacer lo más sensato. Encerrarme en el mini baño del tren para llamar a casa y preguntar como estaba. No vale la pena contar la estupidez que le parecio a mi marido que llamara a casa solo 2 horas después de haberme ido de casa, pero es eso que tenemos las Mamicientas. Somos capaces de pasar de un estado a otro en un chasquido de dedos( ¿a que te los has chascado al leerlo? Jaja)
Asi que con esa angustia que no se me pasaba en el cuerpo llegué a mi destino , que resulto no ser tan malo como pensaba la habitación era bastante decente y las vistas impresionantes y entre reunión y reunión y algunas otras cosas que no todo va a ser trabajar también hay que disfrutar, pasaron los 3 días que a mi me habían parecido 3 años y en los cuales no había dejado de dar por saco literalmente según mi marido de llamar y preocuparme por si estaban bien. Y no, no era porque no confiará en la buena fé de mi cónyuge de cuidar a la niña, porque puesto que estamos tiene un salero el jodio pa ello increible y que casi, casi lo hace mejor que yo.
Total que cuando llegué a casa eso era un drama  y unos lloros vamos como si en vez de venir de una reunión de 3 dias viniera de una guerra mundial en la que no los veia hacía 20 años, hasta ahí el bonito cuento de la mamicienta podía cortar aquí el relato en el momento pastelón con un final asi a lo más tipo pelicula de Hollywood familiar… pero yo soy mala asi que sigo contando
Las bienvenidas son muy bonitas pero si te quedas de la entrada de la puerta hasta la calle, porque cuando entras descubres que aunque tu hija no ha sufrido ningun daño, esta sana, no ha desarrollado super poderes ni nada por el estilo, tu vas a necesitar super poderes y MUCHOS para recoger el caos que reina en el salón donde cada juguete esta en un sitio de la habitación, hay 3 baberos encima de la mesa que se han solidificado y tienes un cerro de ropa para lavar, y claro aquí mamicienta esta a un paso de tomar la maletita y volver a irse porque te mueves entre el amor y la desesperanza. Entonces como si lo presintiera tu hija te lanza esa mirada ( si esa la del gatito de Sherk) y claro como vas a decir que no, así que mamicienta se baja de los tacones, de la falda de tubo , se recoge el pelo en una coleta alta y se pone a hacer todas las tareas con la mejor de sus sonrisas pero con un dolor de cervicales horrible por haber dormido mal y para ver que tu hija que esta en el salón no se ha puesto a tirar todos los cojines para tumbarse en el suelo
Y este es el verdadero final del cuento Mamicienta será mamicienta por los siglos de los siglos amén, debatiéndose entre ser la cenicienta que organiza su casa o la princesa de gala que busca un príncipe que la toque con su varita mágica… espera creo que el cuento no era así que era la hada madrina quien tenia varita, pero vamos a decirlo claro después de todo que más puedes pedir que , que encuentres a un príncipe aunque no sea azul con su propia varita mágica que quite todos los males 
Muchos besos de parte de Mamicienta

Mama Locura 


 

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