Llevo
días con la idea de escribir este post, en un principio se iba a titular La
Vuelta A Casa pero tras leer el último
libro de Megan Maxwell y una vez más por las ideas locas de Valeria, una
comentarista he llegado a la conclusión de que la mejor palabra que identifica
la sensación de una madre de niños pequeños al volver a casa (aunque solo hayan
sido 3 días) es la palabra MAMICIENTA. ¿Listos? Pues comenzamos
Mamicienta:
Dicese de aquella madre capaz de tirarse 3 días llorando a moco tendidod sin
parar porque no tiene a sus vástagos cerca y teme perderse cualquier cosa de
vital importancia, como que imite a un gato,
hastas aquí la parte positiva de la definición pero también la
mamicienta es la que cuando llevan 4 horas recogiendo juguetes , cambiando pañales,
dando pures de miles de verduras y frutas , etc, etc, su primera opción e idea
que se le ocurre es salir huyendo despavorida
Hace
una semana tuve que acudir a una reunión de trabajo durante 3 días fuera de la
provincia , era la primera vez que iba a pasar tanto tiempo separada de mi hija
desde que nacio hace ya 8 meses y para colmo mi cumpleaños me iba a pillar a
tanto km de distancia de ella y de toda la gente a la que quiero. Así que al
más puro estilo dramático me despedi por la noche de la pequeñaza que se
quedaba al cuidado de su padre. Todo iba bien hasta que en el asiento del tren
me empezarón a entrar los 7 males y el come come de cabeza que diría mi abuela
Por mi
cabeza empezó a pasar si ella aunque era tan pequeña sentiría que la había abandonado,
que iba a ser de mi si por ejemplo empezaba a dar sus primeros pasos y yo me
los perdía, o si empezaba a hablar, en definitiva un cúmulo de tonterias en mi
cabeza que hicieron que estuviera a punto de decir al maquinista que parara que
yo me bajaba.
Con la
idea de que si hacía eso lo más posible es que llamaran a un psiquiatra o a un
exorcista, todo puede ser, decidi hacer lo más sensato. Encerrarme en el mini
baño del tren para llamar a casa y preguntar como estaba. No vale la pena
contar la estupidez que le parecio a mi marido que llamara a casa solo 2 horas
después de haberme ido de casa, pero es eso que tenemos las Mamicientas. Somos
capaces de pasar de un estado a otro en un chasquido de dedos( ¿a que te los
has chascado al leerlo? Jaja)
Asi que
con esa angustia que no se me pasaba en el cuerpo llegué a mi destino , que
resulto no ser tan malo como pensaba la habitación era bastante decente y las
vistas impresionantes y entre reunión y reunión y algunas otras cosas que no
todo va a ser trabajar también hay que disfrutar, pasaron los 3 días que a mi
me habían parecido 3 años y en los cuales no había dejado de dar por saco
literalmente según mi marido de llamar y preocuparme por si estaban bien. Y no,
no era porque no confiará en la buena fé de mi cónyuge de cuidar a la niña,
porque puesto que estamos tiene un salero el jodio pa ello increible y que
casi, casi lo hace mejor que yo.
Total
que cuando llegué a casa eso era un drama
y unos lloros vamos como si en vez de venir de una reunión de 3 dias
viniera de una guerra mundial en la que no los veia hacía 20 años, hasta ahí el
bonito cuento de la mamicienta podía cortar aquí el relato en el momento
pastelón con un final asi a lo más tipo pelicula de Hollywood familiar… pero yo
soy mala asi que sigo contando
Las
bienvenidas son muy bonitas pero si te quedas de la entrada de la puerta hasta
la calle, porque cuando entras descubres que aunque tu hija no ha sufrido
ningun daño, esta sana, no ha desarrollado super poderes ni nada por el estilo,
tu vas a necesitar super poderes y MUCHOS para recoger el caos que reina en el
salón donde cada juguete esta en un sitio de la habitación, hay 3 baberos
encima de la mesa que se han solidificado y tienes un cerro de ropa para lavar,
y claro aquí mamicienta esta a un paso de tomar la maletita y volver a irse
porque te mueves entre el amor y la desesperanza. Entonces como si lo presintiera
tu hija te lanza esa mirada ( si esa la del gatito de Sherk) y claro como vas a
decir que no, así que mamicienta se baja de los tacones, de la falda de tubo ,
se recoge el pelo en una coleta alta y se pone a hacer todas las tareas con la
mejor de sus sonrisas pero con un dolor de cervicales horrible por haber
dormido mal y para ver que tu hija que esta en el salón no se ha puesto a tirar
todos los cojines para tumbarse en el suelo
Y este
es el verdadero final del cuento Mamicienta será mamicienta por los siglos de
los siglos amén, debatiéndose entre ser la cenicienta que organiza su casa o la
princesa de gala que busca un príncipe que la toque con su varita mágica…
espera creo que el cuento no era así que era la hada madrina quien tenia
varita, pero vamos a decirlo claro después de todo que más puedes pedir que ,
que encuentres a un príncipe aunque no sea azul con su propia varita mágica que
quite todos los males
Muchos
besos de parte de Mamicienta
Mama
Locura